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El Ejército Ecuatoriano en reconocimiento a las cualidades, lealtad, respeto, servicio a la Patria, integridad y profesionalismo, demostrados por cada uno de sus soldados durante toda su trayectoria en la carrera de las armas, realizó la mañana de este viernes 31 de julio la ceremonia de ascenso de campaña del personal en todas las unidades militares del país.
Cumpliendo estrictas medidas de bioseguridad y sin la presencia de público, a nivel nacional, ascendieron 593 oficiales y 2750 miembros del personal de tropa, quienes luego de haber cumplido con todos los requisitos establecidos por la institución fueron promovidos a la inmediata jerarquía militar.
Los eventos solemnes estuvieron presididos por autoridades militares y civiles en cada una de las jurisdicciones. En la ciudad de Quito, la ceremonia se efectuó en la Primera División de Ejército Shyris, y contó con la presencia del general de división Luis Lara Jaramillo, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y del general de brigada Luis Altamirano Junqueira, comandante general del Ejército.
Durante su intervención, el general Altamirano destacó que: “Siempre será honroso para un comandante el dirigirse a sus soldados; pues, sin duda alguna, es una oportunidad que permite extenderles un fraternal y respetuoso saludo de parte del Mando institucional del Ejército; sin embargo, frente a las circunstancias que hoy vivimos, se convierte en el momento oportuno, para agradecer y reconocer en todos ustedes el arduo trabajo que vienen cumpliendo durante esta emergencia sanitaria. Gracias por su empeño, por su entrega y sacrificio. Pero, este saludo y reconocimiento es más gratificante aún, cuando lo hacemos en el marco del ascenso de campaña de nuestros compañeros de armas, acto que se presenta como corolario simbólico de la observancia fiel de los preceptos y cánones que demanda la carrera militar, ya que la misma requiere, como condición sine qua non, el respeto irrestricto e ineludible de los principios y valores institucionales, que fácilmente se sintetizan bajo la trilogía de: honor, disciplina y lealtad”.
Alcanzar un nuevo grado militar constituye un reconocimiento, pero también un mayor compromiso institucional para cumplir con las responsabilidades que la nueva jerarquía demandan en bien de del Ejército y del pueblo ecuatoriano.
En Guayaquil, en el Fuerte Militar Huancavilca, se realizó la ceremonia militar de reconocimiento institucional a las personas que colaboraron con el Ejército Ecuatoriano en la emergencia sanitaria por el COVID-19.
En el acto estuvieron presentes autoridades de la provincia del Guayas y representantes de la empresa privada, como el ingeniero Henry Kronfle Kozhaya, asambleísta nacional; la doctora Cynthia Viteri Jiménez, alcaldesa de la ciudad de Guayaquil; monseñor Luis Gerardo Cabrera, arzobispo de Guayaquil, entre otros.
El general de brigada Luis Altamirano Junqueira, comandante general del Ejército Ecuatoriano, y el general de brigada Pablo Almeida Cañizares, comandante de la Segunda División de Ejército Libertad, junto a los oficiales superiores de las unidades de la provincia del Guayas, hicieron la entrega de un pergamino de reconocimiento a varias organizaciones de la sociedad, del sector salud, seguridad, empresa privada y al ciudadano común que apoyaron al personal militar durante la pandemia; en total 52 instituciones y empresas fueron parte de este homenaje.
En memoria a los ciudadanos y al personal militar que falleció durante la pandemia ocasionada por el COVID-19 se hizo un toque de silencio.
En su intervención el general Altamirano manifestó que: “Todos, junto al brazo fuerte y la mano amiga de quienes hacemos las Fuerzas Armadas y el Ejército, hemos colocado un grano de arena para contribuir en la solución del problema que continuamos enfrentando. Quiero, de igual forma, extender a todos los guayaquileños un sentido pésame por las valiosas vidas que se han perdido. Hemos querido realizar, mediante el solemne toque de silencio, un homenaje póstumo”.
De igual manera, la alcaldesa Cynthia Viteri resaltó que todos contribuyeron a que esta ciudad tenga la batalla controlada, no ganada aún; asimismo, expresó, a nombre de la ciudad de Guayaquil, un agradecimiento a los soldados, y a continuación entregó un acuerdo por parte del Ilustre Municipio de Guayaquil al comandante general del Ejército Ecuatoriano.
Para finalizar, el general Altamirano recordó al personal de la institución que como soldados profesionales: “Nuestra orientación o nuestro norte tiene que estar marcado hacia el bien común de la sociedad; recuerden soldados que cuando ingresamos a esta profesión de honor lo hicimos sin condiciones, renunciando a la riqueza, renunciando a nuestro tiempo, renunciando a la posibilidad de estar permanentemente con nuestras familias. La mayor recompensa que pueden ustedes tener, más allá de la gratitud, es la conciencia tranquila, y estoy convencido y agradecido del trabajo que ustedes han desarrollado”.
En la Brigada de Aviación del Ejército N.° 15 Paquisha se desarrolló la ceremonia de licenciamiento del personal que realizó el Servicio Cívico Militar Voluntario y fue presidida por el general de brigada Luis Altamirano Junqueira, comandante general del Ejército Ecuatoriano.
Después de haber cumplido con todos los requisitos establecidos en la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas se ascendió a soldados de reserva al personal de conscriptos de la Leva 2000, segunda llamada.
Posterior a la toma del juramento colectivo se realizó la entrega de presentes institucionales a los soldados de reserva que hicieron el Servicio Cívico Militar Voluntario en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército; Brigada de Aviación del Ejército N.° 15 Paquisha; Batallón de Ingenieros N.° 68 Cotopaxi, Batallón de Ingenieros N.° 69 Chimborazo; Comando de Apoyo Logístico de la 15 B.A.E Paquisha y del CEE.
La soldado Alisson Moreta, en representación de sus compañeros, destacó la experiencia de haber sido parte del Ejército Ecuatoriano durante estos 12 meses en que recibieron instrucción militar, formación en civismo, valores y capacitación técnica.
Este 29 de julio de 2020 es un día especial para los 3346 hombres y 129 mujeres que culminan el Servicio Cívico Militar Voluntario en unidades del Ejército Ecuatoriano, cuya instrucción militar, capacitación profesional y formación en valores constituye una valiosa oportunidad de vida.
De acuerdo al plan de formación, los jóvenes que participan en la conscripción realizan varias actividades durante el servicio militar, como son la instrucción individual de combate, formación en civismo y valores y capacitación técnica en varias actividades que podrían servirles para obtener un trabajo al momento de culminar esta etapa y retornar a sus hogares. Es importante resaltar que esta es la segunda ocasión en que se gradúan conscriptos mujeres; ellas pertenecen a la leva 2000 Segunda Llamada.
En la ciudad de Cuenca, en la Brigada de Artillería N.° 27 Portete, este año se licencian 46 mujeres. Tener horarios definidos para alimentarse, bañarse, asistir a la instrucción o cumplir guardias no fue una tarea fácil, tuvieron que aprender a trabajar en equipo, a celebrar las alegrías de sus compañeros y a compartir las derrotas. Hoy, más que antes, comprenden el valor de un buen apretón de manos y una palmada en la espalda; asimismo, entendieron la importancia de cuidar su fusil, al cual lo recibieron con orgullo durante la entrega de armas. También, saben que la actividad física es primordial para un buen desempeño profesional y que hombres y mujeres tienen la capacidad de destacarse por sus aptitudes y ñeque.
Pero a más de rotar por cada una de las compañías y unidades de la 27 B.A. para su entrenamiento, los conscriptos hombres y mujeres pudieron recibir varios cursos de mantenimiento de computadoras, peluquería, gastronomía, panadería, entre otros.
Pero no fue todo, en Cuenca las valientes mujeres de esta leva formaron un grupo de danza y un coro con los que emocionaban a las personas que disfrutaron de sus habilidades artísticas.
De igual manera, durante la emergencia sanitaria han recorrido hogares de niños, centros de acogidas de adultos mayores, el Hospital Vicente Corral Moscoso y la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer, para en cada visita entretener con su música y agradecer el trabajo de quienes están en la primera línea de combate.
Estas historias deben servir de inspiración a los jóvenes ecuatorianos para optar por el Servicio Cívico Militar Voluntario, ya que es una gran oportunidad de vida y enseñanzas, una experiencia y aprendizaje para nunca olvidar.