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En medio de esta pandemia hemos tenido la oportunidad de conversar con varios profesionales de la especialidad de sanidad militar. Es evidente su lucha incansable con atenciones médicas, visitas domiciliarias, charlas motivacionales y, sobre todo, el seguimiento estricto del tratamiento a pacientes que son portadores del COVID-19, quienes se encuentran en estado de aislamiento, tanto preventivo como sospechoso, todo esto en coordinación con el Ministerio de Salud Pública.
A pesar del riesgo que esto conlleva, día a día se levantan con una sonrisa en sus labios y trabajan con la mística militar y profesionalismo que los caracteriza, y aunque la tristeza embarga a algunos de ellos por estar lejos de sus familiares, no quieren expresarlo abiertamente, porque como ellos dicen: “No podemos demostrar desánimo ni tristezas a nuestros pacientes”.
Por otra lado, quienes se contagiaron con este nuevo virus esperan recuperarse pronto para volver a las calles y defender al Ecuador; el claro ejemplo está en el sargento segundo Julio Morán, perteneciente al Consultorio General N.° 27 Portete, quién luego de haber ganado la batalla contra el coronavirus hoy continúa con su labor en atenciones médicas al personal profesional, conscriptos y familiares. La tarea no es fácil, pero la han podido realizar gracias a las donaciones de insumos médicos, equipos de bioseguridad y productos de empresas privadas e instituciones del Estado a las cuales todos ellos agradecen por su colaboración.
Cada día existen militares quienes logran superar esta dura prueba de vida, acompañados de soldados de sanidad, quienes luchan junto a ellos sin esperar nada a cambio y con la fe incansable que no tengan que lamentar ninguna pérdida humana.
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El Comando de Apoyo Logístico N.° 31 Andes tiene la misión de proporcionar ayuda a las unidades acantonadas en las provincias de Carchi, Imbabura, Esmeraldas y parte de Sucumbíos.
Esta unidad logística satisface las necesidades de las tropas acantonadas en la frontera norte, teniendo una ubicación estratégica en la provincia de Imbabura, desde donde apoya las operaciones militares de la Brigada de Infantería N.° 31 Andes.
El teniente coronel John Quiñónez, comandante de esta unidad, menciona que ante la emergencia sanitaria que atraviesa el país se han incrementado las operaciones de apoyo, debido a que las tropas no solo se encuentran en la unidad si no también están desplegadas a lo largo de la jurisdicción en los cantones y parroquias.
Además, la labor se basa en operaciones importantes que constituyen el apoyo que se realiza ante la emergencia sanitaria al Comité de Operaciones de Emergencia. Entre las actividades que se cumplen está: movilizar bienes de asistencia humanitaria que permiten la implementación de albergues temporales para personas en movilidad humana o situación de aislamiento para casos confirmados de coronavirus.
En este contexto, se traslada material desde otras provincias en coordinación con el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos. Desde Sucumbíos y Chimborazo hacia la provincia del Carchi y desde esta hacia a Esmeraldas, un total de 800 camas, colchones, cobijas, almohadas y sábanas han sido transportadas empleando personal y vehículos militares.
Además, se han empleado un total de 30 vehículos para atender los requerimientos de transporte de insumos para kits y raciones alimenticias, entre otros, los que son entregadas en forma periódica a la población más vulnerable de las provincias del norte del país.
El comandante general del Ejército, general de brigada Luis Altamirano Junqueira –acompañado del general de brigada Wilson Navas, inspector general del Ejército– visitó la Brigada de Selva N.° 21 Cóndor en Patuca, para saludar al personal militar que labora en la zona suroriental del país.
Durante esta visita entregó por parte del Ejército 2000 mascarillas y 200 trajes de protección de bioseguridad para los oficiales y voluntarios de esta brigada, que laboran en la provincia de Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Además, gracias a la donación de TelconetLatam se entregaron 200 pruebas rápidas para detección del coronavirus. Asimismo, el gobernador de la provincia de Morona Santiago, doctor Juan León Pilco, hizo la entrega de equipos de bioseguridad para el personal militar.
Cabe resaltar que la Gobernación de la provincia entregó un reconocimiento al general Altamirano, al coronel de estado mayor conjunto Manuel Dávila y al personal militar de la Brigada que se encuentra ejecutando las operaciones ante la emergencia sanitaria, resaltando el compromiso y el excelente trabajo profesional que realiza el soldado de selva en este rincón amazónico del país.
Posteriormente, gracias al apoyo de la Fundación Samaritans Purse y Fundación Karla Morales el comandante general del Ejército entregó 300 kits escolares a los estudiantes de la Unidad Educativa Héroes del Cenepa de la parroquia Patuca; de esta forma, se incentiva a los niños y adolescentes de esta parroquia a seguir cumpliendo con las normas de protección y bioseguridad, a fin de evitar el contagio del COVID-19.
Los miembros de las Fuerzas Armadas siempre están preparados para cumplir las misiones que se les asigna y este es el caso de la Escuela de Iwias Coronel Gonzalo Barragán, ubicada en la parroquia Shell, provincia de Pastaza.
El 9 de abril, el director de la Escuela de Iwias, Tcrn. Nixon Pasquel, designó a cinco oficiales y ochenta voluntarios para trasladarse a la provincia del Guayas a cumplir diferentes misiones durante la emergencia sanitaria causada por el COVID-19.
El domingo 12 de abril, desde el aeropuerto de Latacunga, se trasladaron hasta la ciudad de Guayaquil. El personal militar viajó con incertidumbre porque desconocían cuál era la situación real de la provincia, pero también tenían la esperanza que con su trabajo contribuirían a combatir el avance de esta pandemia.
Fueron recibidos en la II División de Ejército Libertad e inmediatamente les llevaron hacia los cantones Empalme, Balzar, Palestina, Colimes y Santa Lucía, en apoyo al Batallón de Infantería N.° 15 Guayaquil, para trabajar en coordinación con el COE cantonal y las entidades del Estado.
Los equipos de combate se distribuyeron en estos cantones para hacer cumplir la restricción de movilidad y la correcta utilización de salvoconductos, control de toques de queda, colaborar en la distribución de raciones alimenticias a las personas de escasos recursos económicos, verificar el uso de mascarillas, evitar que haya aglomeraciones, entre otras actividades. Por ejemplo, cuando el 23 de abril, colapsó la estructura del puente de ingreso al cantón Colimes, un grupo de soldados iwias colaboró en el rescate de un conductor de transporte pesado que quedó atrapado durante el derrumbe del puente. Al mando de este equipo estaba el teniente Wilson Torres Lugo, experto en rescates (Tayuwa), que junto a sus soldados y la ayuda de la población rescataron con vida al transportista.
Los Iwias no tienen horario de trabajo, las actividades las cumplen en la mañana, tarde, noche y madrugada. Para el capitán Danilo Félix esta ha sido una labor que ha implicado esfuerzo y compromiso de los soldados; los patrullajes son permanentes y le ha impactado que la comunidad no acata las medidas de seguridad: “La gente no entienden el riesgo que conlleva esta pandemia, no aplican las medidas sanitarias, hemos ayudado a quienes hemos podido, donando mascarillas a las personas de escasos recursos”.
Los miembros de la Escuela de Iwias descansan en los lugares que les han asignado cada COE cantonal, ya sea una escuela o un albergue; resaltan que las personas son muy generosas, especialmente, las que menos tienen. “Siempre nos regalan frutas, nos han dado jugo, nos aplauden cuando caminamos por las calles. Los niños se acercan curiosos y quieren saludar, aunque debemos explicarles que los saludos quedan para después, que no podemos darles la mano, que ellos deben aprender a cuidarse”, resalta el sargento Patricio Kuja Jimpikit.
El capitán Félix resalta que este feriado tuvieron que ejercer mayor control porque las personas querían salir a reunirse con sus familias, ellos entienden la importancia de esta celebración, pero se debe cumplir con las normas de seguridad. Además, reconoce que durante la celebración del Día de la Madre fue cuando más extrañaron sus hogares. La Escuela de Iwias envió videos con saludos y buenos deseos expresados por sus familias, lo cual agradecen porque les da fortaleza para continuar.
Cuando finalicen su misión ingresarán en un área de aislamiento y observación, donde les harán los chequeos respectivos, y permanecerán durante 15 días para verificar que no estén contagiados y puedan regresar a sus hogares sin riesgo para sus familias.
Y continuarán con la siguiente misión que el Alto Mando les asigne.